La torsión de estómago en el Bullmastiff: prevención, síntomas y actuación rápida

04.06.2025

La torsión de estómago, también llamada dilatación-vólvulo gástrico (GDV), es una de las emergencias veterinarias más graves que puede sufrir un perro de raza gigante. Aunque no es extremadamente frecuente, el Bullmastiff, por sus proporciones corporales y su pecho profundo, forma parte de los perros con riesgo elevado. La rapidez con la que ocurre y la necesidad de actuar sin perder ni un minuto hacen que todo propietario responsable deba conocer bien el problema.

En este artículo te explico de forma clara qué es, por qué ocurre, cuáles son los síntomas y cómo prevenirla en tu Bullmastiff.


1. ¿Qué es exactamente la torsión de estómago?

La torsión de estómago es una condición en la que el estómago:

  • Primero se dilata (se llena de gas, líquido o alimento).

  • Después rota sobre sí mismo.

Al girarse, se cierran tanto la entrada como la salida del estómago, atrapando el gas dentro y comprometiendo la circulación sanguínea. Esto provoca un colapso rápido y potencialmente mortal si no se interviene de inmediato.

Es una urgencia absoluta: cada minuto cuenta.


2. ¿Por qué puede ocurrir en el Bullmastiff?

No existe una única causa. Es un conjunto de factores anatómicos, genéticos y ambientales. En razas grandes como el Bullmastiff, se han identificado estos elementos que aumentan la probabilidad:

Factores predisponentes

  • Pecho profundo y amplio.

  • Genética y antecedentes familiares.

  • Comidas muy grandes o ingesta de alimento demasiado rápida.

  • Ejercicio intenso antes o después de comer.

  • Estrés, nerviosismo o cambios de rutina.

  • Edad adulta o avanzada (incidencia mayor a partir de los 5–6 años).

Aunque no siempre se puede prevenir al 100 %, sí podemos reducir el riesgo de forma significativa con buenos hábitos.


3. Síntomas que nunca deben ignorarse

Los signos pueden aparecer de forma repentina y evolucionan muy rápido. Si ves alguno de estos síntomas en tu Bullmastiff, acude de inmediato al veterinario:

Signos típicos de torsión gástrica

  • Intentos de vomitar sin conseguir nada.

  • Abdomen muy distendido o duro.

  • Inquietud extrema, incapacidad para quedarse quieto.

  • Hiperventilación o jadeo intenso.

  • Salivación excesiva.

  • Debilidad, encías pálidas o inicio de colapso.

Un Bullmastiff puede pasar de estar aparentemente bien a entrar en shock en minutos, por eso reconocer los síntomas es vital.


4. ¿Cómo se diagnostica y trata?

El diagnóstico se realiza mediante radiografías de abdomen para confirmar la torsión.

Una vez diagnosticada, el tratamiento es exclusivamente quirúrgico. No se puede resolver en casa ni esperando a ver si "se pasa".

Tratamiento

  • Estabilización del perro (fluidos, analgesia, control del shock).

  • Cirugía de urgencia para desrotar el estómago.

  • Gastropexia, que consiste en fijar el estómago a la pared abdominal para evitar futuras torsiones.

La gastropexia es la clave para reducir drásticamente el riesgo de recurrencia.


5. Prevención: lo que realmente funciona

Aunque no existe prevención absoluta, sí se puede minimizar enormemente el riesgo siguiendo estas pautas:

Hábitos de alimentación

  • Dar la comida en 2–3 tomas diarias, nunca una sola.

  • Evitar raciones excesivamente grandes.

  • Mantener una alimentación estable, sin cambios bruscos.

  • Algunos veterinarios recomiendan comederos antiestrés para perros que comen muy rápido.

Ejercicio

  • No hacer ejercicio intenso 1 hora antes ni 1–2 horas después de las comidas.

  • Evitar juegos bruscos, saltos o carreras después de comer.

Rutina y manejo

  • Evitar situaciones de estrés innecesario.

  • Mantener horarios regulares.

  • Control del peso: el sobrepeso incrementa los riesgos.

Gastropexia preventiva

En perros de razas gigantes, muchos propietarios deciden realizar una gastropexia preventiva cuando el veterinario lo considera oportuno.

No evita la dilatación, pero sí evita la torsión, que es la parte mortal del proceso.


6. ¿Es muy frecuente en el Bullmastiff?

No es una emergencia común en comparación con otras razas gigantes más predispuestas, como el Gran Danés. Sin embargo, la posibilidad existe, y por el tamaño del Bullmastiff las consecuencias pueden ser muy graves.

La mejor protección es el conocimiento + hábitos preventivos + actuar rápido ante cualquier síntoma.


Conclusión

La torsión de estómago es una condición grave, pero con una combinación de prevención, buenos horarios de alimentación y ejercicio, y vigilancia de los síntomas, es posible minimizar significativamente el riesgo en el Bullmastiff.

Un propietario informado es la mejor herramienta para mantener a este gigante noble seguro y saludable.



Ainara Inda Otero